La calidad se remonta a tiempos ancestrales, aunque no
como un concepto perfectamente definido y con esquemas de aplicación
sistemática, pero sí en la práctica.
Un ejemplo de esto son los sistemas de producción de
las antiguas culturas como la egipcia que mediante un sistema complejo logró la
perfección en sus pirámides, al administrar un esquema de recursos humanos y
materiales hasta lograr un producto que en la actualidad permanece.
No es sino hasta la Revolución Industrial en el siglo
XVII que inician los primeros esquemas que buscan la mejora en la producción de
bienes ante la intensa demanda de la sociedad. Un ejemplo de esto es el
concepto del patrón estándar y las partes intercambiables en la industria del
armamento que fue desarrollado por el francés Honoré Le Blanc (James &
William, 2010).
Esta fue una idea muy adelantada a su época, la cual
consistía en elaborar piezas con base en un patrón estandarizado y que dicha
pieza tuviera la capacidad de ser un componente de otra arma, lo que le daría
flexibilidad al sistema productivo. Este concepto, que en la actualidad es
ampliamente usado por la industria automotriz, implicó un severo reto para la
época en que fue concebido, ya que requería de un sofisticado sistema de
calidad que redujera la variabilidad inherente del proceso, lo que generó
muchos problemas en su época, pero sentó las bases de los modernos sistemas del
control estadístico de proceso.
Al comienzo del siglo XX la empresa Bell System
empezó con el uso de los primeros métodos de control del producto al utilizar
técnicas estadísticas. Con esto se dio paso al Control Estadístico de Calidad.
Fue Walter Shewart en la década de 1920, que con sus trabajos en la Western
Electric Company, filial de la Bell System, desarrolla los gráficos
de control de proceso, donde propone que todos los procesos tienen dos tipos de
variación: una debida a causas comunes y otra a causas especiales.
La primera se da debido a circunstancias aleatorias y
la segunda por causas que pueden ser asignables a factores tales como la
materia prima, el personal, los procesos de producción o sistemas de medición y
otros, pero considerando que es en estos últimos donde deben de enfocarse los
esfuerzos para la mejora de la calidad.
Además de los estudios en el Control Estadístico, la Bell
System desarrolló sistemas de aceptación de partes mediante técnicas de
muestreo estadístico, las cuales fueron adoptadas por el ejército de los
Estados Unidos de América y que aún hoy en día son vigentes. Este es el caso de
las tablas con los criterios de aceptación MIL-STD.
Shewhart fue un convencido de la necesidad de mejorar
los procesos antes de actuar sobre el producto y en conjunto con otros
colaboradores acuñaron el término aseguramiento de calidad (James &
William, 2010).
Estos trabajos no solo aportaron al nuevo concepto de
calidad, sino que fueron el inicio de la fundación de sociedades de
profesionistas que trabajaban a favor de la sistematización de la calidad; un
caso es el de ASQ American Society for Quality o ASQ que fue creada en
1946.
A pesar de los avances logrados en las técnicas
estadísticas, el concepto de calidad dentro de las operaciones de las
organizaciones no lograba anclarse como un factor importante en la subsistencia
y crecimiento de éstas. Para las organizaciones, la calidad seguía viéndose
como la responsabilidad de un departamento diferente, el cual en muchas
ocasiones se encontraba aislado del resto de la organización y su función solo
era la de inspeccionar y aceptar el producto final.
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